viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 4


Cuando despierto Thomas está tumbado en el sillón, con los pies reposando sobre la mesa ojeando una revista. Me siento sobre la cama y le sonrío.

-Buenos días Ailann- dice, dejando la revista sobre la mesa y con una media sonrisa.

Bostezó y consigo decir a media voz- Hola Thom, ¿Qué hora es?

- Las nueve y media Ail.

-¿Qué? Joder Thom, he dormido todo el día, lo siento. ¿Por qué no me has despertado?- tartamudeo.

-Estabas tan cansada que me dio pena despertarte. –su voz sonaba melancólica- Bueno, Mathew llamó esta mañana; cambiamos de planes, hay que moverse.

-En ese caso pongámonos en marcha, ¿qué ha pasado?

-Ha habido movimiento en la frontera con el sector 10, al norte de París. Mathew sospecha que los caníbales y los radiactivos se han aliado y se están multiplicando. Saldremos en 15 minutos. Te espero en la calle con la moto.

Me levanto de un salto de la cama y me desvisto. Saco de una caja una muda limpia y me la pongo. Selecciono con rapidez una SG 500 y la introduzco en una mochila pequeña, me armo hasta los dientes con un cuchillo corto y uno largo en mi bota derecha y guardo mi Desert Eagle en el cinturón. Me arrastro por el estrecho conducto; inhalando bastante polvo. Me deslizo hasta los servicios y me dejo caer suavemente sobre el wc. Llevo un paso lento pero firme, cómodo. Al salir un rayo de sol me ciega la vista. Me detengo un segundo a otear  el horizonte mientras me acostumbro a la claridad. Thomas me espera unos pasos  más adelante apoyado una Bmw plateada. Sostiene en alto las llaves y esboza una amplia sonrisa.

-¿A qué esperas? ¡A este paso no llegamos a la fiesta!  -bromea- ¡Vamos, sube! Te dejo ser copiloto.

Le dirijo una mirada seria y arqueo una ceja, mostrando mi desacuerdo. Thom, a mi parecer, es demasiado optimista con respecto a la situación del mundo. Espera paciente  por unos segundos y al final aparta la mirada, cansado.

-Tu moto está en la cochera – prosigue, su voz ahora parece desganada. Soy la  mejor en deprimir a la gente.

-Gracias Thom. –Le devuelvo una mirada afable y sonrío.- Tus intentos fallidos de dominarme son altamente satisfactorios.

-Vaya, me encanta divertirte – su tono burlón pero a la vez aburrido muestra una frustración un tanto evidente. Me encanta verle decepcionado, aburrido o frustrado, porque levanta las cejas y arruga la frente de una forma adorable.

-Venga ya, no te enfades. –río- Sabes que jamás conseguirás que monte en eses cacharro.

-Al menos yo no conduzco un vehiculo tan oscuro que ni el mismismo diablo le gustaría llevar. ¿Acaso la has sacado de un cementerio? – Vaya, parece que está enfadado. No conozco a nadie más bipolar.

-Como quieras, –acepto, sin molestarme en poner los ojos en blanco- pero mi siniestra motocicleta es mil veces más veloz que la tuya.

-Já, já, já… Eso ya lo veremos.

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